‘Muy Segura’ habla con María Gamero Rodríguez, responsable de la Unidad de Apoyo Psicológico de HM Fertility Center, la apuesta por la fertilidad de HM Hospitales, que está implantado en seis centros a lo largo de la geografía española. Su principal valor añadido reside en que todos los servicios están integrados dentro del propio hospital. De este modo, los tratamientos tienen tres ventajas: mejoran la seguridad, mejoran la eficacia y facilitan el proceso a la paciente.
¿Por qué el momento actual invita a darle una relevancia mayor a la gestión de las emociones?
En la sociedad actual disponemos de todos los lujos y comodidades; de hecho, vivimos mejor que en toda la historia de la humanidad. Sin embargo, paradójicamente, es cuando menos queremos vivir las emociones. Hemos generado una intolerancia hacia ellas: no queremos sentir estrés, no queremos sentir ansiedad; cuando nos sentimos mal vamos al médico rápidamente a que nos recete alguna medicina, de cara a paliar cuanto antes los síntomas. Tenemos mucho estrés pero no sabemos cómo gestionarlo, generando por tanto un síndrome de ‘evitación experiencial’.
«En el momento actual es cuando menos queremos vivir las emociones; hemos generado una intolerancia a ellas: no queremos sentir estrés, no queremos sentir ansiedad, cuando nos sentimos mal vamos al médico rápidamente a que nos recete alguna medicina».
¿Qué características del momento vital que atraviesa una mujer cuando quiere ser madre son más significativas? ¿Existen algunos patrones? En ese momento, ¿cuáles son sus peculiaridades en materia psicológica?
Generalmente, desde pequeñas, las mujeres pensamos que vamos a ser madres, si bien es cierto que existen casos que no se lo plantean hasta una edad más avanzada. Cuando tenemos esa ‘película’ en nuestras mentes y el embarazo que buscamos no llega, se comienza a generar una angustia vital y mucha ansiedad, lo que afecta a nuestra autoestima como mujer. Vemos cómo algo que nos viene dado biológicamente se nos está coartando. Llega a generar incluso desesperación. Los estudios indican que el dolor psicológico que produce la infertilidad es equiparable, incluso, a lo que siente un paciente cuando le diagnostican un cáncer.
En el caso de las mujeres que se plantean ser madres con más edad, llega el sentimiento de “ahora que quiero, no puedo”. Es justo en el momento en el que no pueden alcanzarlo cuando se genera toda la angustia que desencadena los mismos mecanismos comentados.
«Los estudios indican que el diagnóstico de infertilidad puede ser equiparable emocionalmente, incluso, a un diagnóstico de cáncer».
¿Cuáles son los elementos internos y externos que ejercen una mayor influencia sobre la mujer que está inmersa en un tratamiento de fertilidad? ¿Existen patrones, o varía en función de la personalidad de cada mujer?
Un factor externo es la deseabilidad social, porque te encuentras en un entorno donde todas las personas se están quedando embarazadas, o todo el mundo habla de su bebé o de pañales en las reuniones sociales; eso te deja ‘descolocada’. Si además estoy metida en el tratamiento, lo vivo como algo más angustioso. Se trata de un mecanismo psicológico común, fruto de una distorsión de la mente. Es muy característico que cuando nos pasa algo, creemos que los demás lo ven. Y al principio es un proceso que se vive con mucho secretismo por si no se alcanza a la primera y se alarga el proceso; y para que los demás no sientan pena o lástima por nuestra situación.
En lo que se refiere a la parte interna, estos tratamientos por sí mismos generan ansiedad, angustia e indefensión. Estamos ante la teoría de la indefensión aprendida de Seligman, que dice que fracasos repetidos en determinadas aspectos de la vida, nos generan sentimientos de desesperanza, de depresión, y sentimientos negativos hacia el mundo que nos rodea y hacia nosotros mismos. Los tratamientos de fertilidad son una montaña rusa emocional. Conllevan varias etapas llenas de incertidumbre y dudas. Se mezclan muchas emociones y, cuando llega la prueba del embarazo, es el momento decisivo. La mujer puede desarrollar una sensación de: no lo controlo, no lo voy a conseguir, el mundo es un lugar inestable, etc.
«Los tratamientos de fertilidad son una montaña rusa emocional. Conllevan varias etapas con mucha incertidumbre y dudas».
Entonces, tras muchos ‘fracasos’, ¿lo que habría que hacer es abandonar y olvidar dicho objetivo de ser madre?
Lo que sucede aquí es que: ¿quién te dice que no lo vas a conseguir? Ahí es fundamental hacer caso al consejo del equipo de fertilidad que te trata. Por otro lado y en algunos casos, están los tratamientos con ovocitos donados, que abren otra esperanza y otro camino. Eres tú la que tienes que decidir hasta dónde quieres llegar en la búsqueda de tu proyecto vital y cuándo deseas parar y, en ese caso, aceptar que puedes vivir sin hijos y saber gestionar este otro escenario.
«¿Quién te dice que no lo vas a conseguir? Ahí es fundamental hacer caso al consejo del equipo de fertilidad que te trata».
¿Cuáles son los inconvenientes más destacables, tanto para la mujer como para la pareja, del hecho de someterse a un tratamiento de fertilidad?
A nivel de inconvenientes médicos, cabe destacar la medicación, los pinchazos, los tiempos tan estrictos que hay que seguir y medir, las visitas médicas periódicas, la angustia cuando hay que ausentarse un tiempo en el trabajo para acudir, etc. Estamos hablando de una intromisión en tu vida. Eso en lo que respecta a ellas. En cuanto a ellos, aunque no llevan un tratamiento hormonal, acompañan y apoyan a su mujer. Su vida de pareja se ve condicionada, tanto a la hora de tener relaciones, de poder irse de vacaciones, etc. Lo viven de otra manera, pero también les afecta. Además, cuando se diagnostica un factor masculino como causa de la infertilidad, los hay que lo reciben como una merma de su virilidad. Y les genera ansiedad.
«A nivel de inconvenientes médicos, cabe destacar la medicación, los pinchazos, los tiempos tan estrictos que hay que seguir y medir, las visitas médicas periódicas, la angustia cuando hay que ausentarse un tiempo en el trabajo para acudir, etc».
¿Cuáles son las principales técnicas que ofrece HM Fertility Center para garantizar este apoyo psicológico, de cara a intentar alcanzar el embarazo deseado?
Para empezar, toda mi trayectoria psicológica ha ido por el mundo de la mujer, soy sexóloga y terapeuta de pareja. Cuando me propusieron hacer apoyo psicológico en reproducción asistida, pensé que era estupendo porque lo aunaba todo. Considero que es muy importante el apoyo emocional en estos tratamientos.
Muchos usuarios que acuden aquí no tienen un trastorno previo de base. Nuestro protocolo es ofrecerles el apoyo psicológico desde que llegan y darles una primera consulta gratuita conmigo. Una vez que van a empezar el tratamiento, pueden pedir una consulta en la que les damos un cuestionario de bienestar emocional. Así valoramos cómo les está afectando el tema de la reproducción en su vida. Después hacemos un protocolo estandarizado para gestionar emociones, ansiedad, para combatir la indefensión aprendida, para afrontar todo lo que los tratamientos les pueda ir generando y saber cómo manejarlo: en el trabajo, con la familia, etc.
Yo trabajo con orientación cognitivo conductual, que es mi orientación básica, pero también soy especialista en terapias de tercera generación. Por lo tanto, trabajo el Mindfulness y la meditación como herramientas, la terapia de aceptación y compromiso, y todo lo que ya hemos comentado. No me refiero en ningún momento a la pseudociencia, sino a terapias que tienen un marco teórico y un fundamento científico contrastado positivo. Es psicología basada experiencia y en la evidencia científica.
«Mucha de la gente que viene aquí no tiene un trastorno previo de base. Nuestro protocolo es ofrecerles el apoyo psicológico desde que llegan y darles una primera consulta gratuita conmigo».
Generalmente hacemos cinco o seis sesiones, adecuadas al tratamiento. Son siempre personalizadas. Cada persona tiene una situación, lo vive de una manera y demanda diferentes atenciones. Los estilos cognitivos de cada persona son diferentes: los hay que trabajan mejor con emociones, y otros que son más de reestructurar pensamientos. Y nos orientamos en la dirección que precisan. Los grandes objetivos son tolerar la ansiedad y manejar la incertidumbre. Les orientamos hacia actividades placenteras y aspectos que generen bienestar. En los seis centros HM Fertility Center existentes en la geografía española, arropamos mucho a nuestros pacientes y les proporcionamos todo el cariño. A veces solucionamos sus problemas en la primera consulta.
«Los grandes objetivos son tolerar la ansiedad y manejar la incertidumbre. Les orientamos hacia actividades placenteras y aspectos que generen bienestar».
¿Quién suele acudir más?
Suelen venir ambos miembros de la pareja, si bien es cierto que las mujeres son las que más lo demandan. También trabajamos la relación de pareja, que a veces tiende a “distorsionarse”.
En el marco de la pareja: ¿qué apoyo psicológico prestáis y con qué objetivos?
A veces, los tratamientos de reproducción se convierten en un monotema y todo gira alrededor de ellos. Pueden derivar en quejas y reproches hacia el otro miembro de la pareja. La sexualidad también se ve afectada, por los tiempos que implica el propio proceso. Por eso trabajamos orientados a que la pareja no pierda su carácter lúdico y afectivo.
¿Está teniendo buena acogida?
Sí, sin duda. Además, nos adaptamos a los horarios que requiere cada pareja, pues venir al psicólogo no debería implicarles un motivo más de ansiedad. Son sesiones de una hora.
El apoyo psicológico mejora la adherencia a los tratamientos, hace que el paciente lo viva con un nivel significativamente más bajo de ansiedad, de miedo e incertidumbre, y aumenta su seguridad. Estadísticamente, está demostrado que el apoyo psicológico deriva en mayores tasas de embarazo.
«El apoyo psicológico mejora la adherencia a los tratamientos, hace que el paciente lo viva con un nivel significativamente más bajo de ansiedad, de miedo e incertidumbre, y aumenta su seguridad».