‘Muy Segura’ entrevista a María López, Managing Director & Partner en Boston Consulting Group.
¿Cuál ha sido el principal propósito de la elaboración del Informe BCG: «Las mujeres son clave en las nuevas formas de trabajar y liderar»?
Publicamos el informe “Women are the X-Factor in the New Ways of Working” en Mayo del 2020, como parte de las investigaciones que el equipo de Diversidad de BCG realiza en todo el mundo para plantear y respaldar con datos cómo las nuevas formas de trabajo necesitan líderes con habilidades y capacidades tradicionalmente asociadas a las mujeres. En nuestro artículo concluíamos que para aquellas organizaciones entienden la necesidad de trabajar y liderar con unos nuevos principios y filosofía de trabajo y que la diversidad es buena para los negocios, el mensaje es claro: las empresas necesitan identificar personas que cuenten con estas capacidades y asignarles puestos de liderazgo.
La buena noticia es que existe un grupo de personas que cuenta con las cualidades necesarias para esto, que ya forma parte de las organizaciones y que no suele tenerse suficientemente en cuenta a la hora de pensar en liderazgo: las mujeres
Si bien esto ya era cierto incluso antes del COVID-19, la pandemia puso de relieve la importancia de un liderazgo empático y de colaboración que sea ágil en la toma de decisiones e implementación de las mismas. Pese a la incertidumbre y falta de certezas para determinar con exactitud cuál será el futuro de trabajo, me atrevo a aventurar que entre los cambios que están por llegar o que permanecerán en la nueva realidad, los equipos serán cada vez más diversos, multifuncionales, desacoplados e independientes, y los líderes se caracterizarán por ser aún más empáticos y capaces de establecer relaciones de aprendizaje con sus equipos, a los que empoderan, dan autonomía e inspiran.
«La pandemia puso de relieve la importancia de un liderazgo empático y de colaboración que sea ágil en la toma de decisiones e implementación de las mismas».
¿Qué conclusiones más destacadas han alcanzado a través del mismo?
Incluso antes de la pandemia, nuestro informe señalaba que el modelo operativo de la mayoría de las organizaciones estaba evolucionando para introducir nuevas formas de trabajo debido a las disrupciones del entorno. En este contexto, las organizaciones necesitarán dos conjuntos fundamentales de habilidades. El primero está compuesto por capacidades digitales y el segundo por capacidades como la comunicación, la colaboración, la inspiración, la inteligencia emocional, la creatividad y la imaginación.
La capacidad de escuchar y empatizar es absolutamente imprescindible para crear un entorno verdaderamente colaborativo e innovador y datos empíricos demuestran que las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar muchas de las habilidades clave de este estilo de liderazgo.
Como muestra, un estudio reciente de Harvard Business Review, que reveló que las mujeres que ocupan puestos directivos obtuvieron mejores evaluaciones que sus homólogos masculinos en una serie de competencias clave, como inspirar y motivar a otros, establecer relaciones, y colaborar y trabajar en equipo (en caso de que esto parezca algo excepcional, los autores realizaron el estudio original en 2012 y lo actualizaron en 2019, donde obtuvieron resultados similares).
Una publicación en la revista Science demostró que la inteligencia colectiva de los grupos pequeños aumentaba si había más mujeres en ellos. Es más probable que las mujeres reconozcan los méritos de otras personas, pidan opiniones, escuchen activamente y se turnen para participar en conversaciones o tareas, en lugar de tratar de dominar esas situaciones. Como resultado, los grupos con mayor presencia de mujeres colaboraron más y pudieron aprovechar mejor las posibles contribuciones de todos los participantes.
«Incluso antes de la pandemia, nuestro informe señalaba que el modelo operativo de la mayoría de las organizaciones estaba evolucionando para introducir nuevas formas de trabajo debido a las disrupciones del entorno».
¿De qué modo consideran que está afectando, y continuará haciéndolo, el contexto COVID a los modelos de liderazgo?
COVID-19 ha obligado a empresas de todos los sectores a adaptarse de forma repentina y drástica a una nueva forma de trabajar, y ha supuesto un acelerador del cambio en los paradigmas de liderazgo. Estamos dejando atrás el liderazgo tradicional basado en la jerarquía y el control y promoviendo un liderazgo con vocación de servicio, cuyo principal objetivo es establecer una visión clara y ambiciosa, y movilizar a la organización para que los empleados puedan dar lo mejor de sí mismos y así cumplir los objetivos de negocio.
Un factor muy importante, ahora más que nunca, es la capacidad de innovar, de adaptarse y reaccionar con rapidez en un escenario de incertidumbre. Las empresas con equipos directivos que priorizan la paridad de género son más innovadoras que sus competidoras y registran mejores resultados; hasta un 20% más de ingresos relacionados con productos o servicios innovadores.
«Estamos dejando atrás el liderazgo tradicional basado en la jerarquía y el control y promoviendo un liderazgo con vocación de servicio, cuyo principal objetivo es establecer una visión clara y ambiciosa, y movilizar a la organización para que los empleados puedan dar lo mejor de sí mismos y así cumplir los objetivos de negocio».
¿Qué papel seguirá desempeñando la mujer dentro de los mismos, y en base a qué aptitudes, valores y capacidades particulares?
La nueva realidad implica una nueva forma de trabajar que demanda líderes que tengan verdadero interés y confianza en sus equipos, que sean capaces de transmitir ideas a las personas con las que trabajan, con la habilidad de reunir diferentes perspectivas y puntos de vista para que los equipos sean más creativos y eficaces. Directivos que crean redes de aprendizaje que integran y adoptan diferentes puntos de vista de forma más natural.
Las mujeres tienden a ser muy empáticas y poseen una inteligencia emocional muy desarrollada. Destacan a la hora de practicar la escucha activa y piden ideas, colaboran, reconocen el mérito de los demás y cambian de rumbo cuando las circunstancias lo requieren.
Por supuesto, no estamos dando por sentado que todas las mujeres tienen el tipo de habilidades que acabamos de nombrar, pero para las empresas que buscan este tipo de talento directivo necesario para tener éxito en el entorno empresarial actual, la explicación subyacente es menos importante que la necesidad urgente de trabajar y liderar con unos nuevos principios y filosofía de trabajo. Las empresas pueden avanzar más y más rápido si se esfuerzan por captar, retener y alimentar sus reservas de talento femenino.
«Las mujeres tienden a ser muy empáticas y poseen una inteligencia emocional muy desarrollada. Destacan a la hora de practicar la escucha activa y piden ideas, colaboran, reconocen el mérito de los demás y cambian de rumbo cuando las circunstancias lo requieren».