‘Muy Segura’ entrevista a Marta Azorín, miembro del equipo de cartera donde se da asesoramiento al mutualista en Pelayo Mutua de Seguros.
¿Puede resumirnos los hechos más significativos de su trayectoria?
Para ponernos en situación, nací en una familia trabajadora allá por el año 1976. Hija de un padre que tenía siempre dos o tres trabajos a la vez, hasta que por motivos de salud fue solo taxista, una madre dedicada al hogar y la pequeña de tres hermanas.
Mi infancia transcurrió feliz, en general, un par de años malos en los estudios hicieron que repitiera octavo de EGB. Después continué mis estudios en una FP de administrativo, porque se suponía que tenía muchas salidas laborales. Tras cinco años de estudios en los que saqué buenísimas notas, me puse a trabajar, pensando en retomar los estudios algo más adelante. Pero, cuando a esa edad asoma el dinero, dejas de pensar en estudiar.
Primero estuve en una gestoría que se dedicaba a los créditos hipotecarios, después en una administración de loterías y por fin fui a parar al trabajo en el que desarrollaría mi trayectoria laboral: Pelayo, Mutua de Seguros.
«Primero estuve en una gestoría que se dedicaba a los créditos hipotecarios, después en una administración de loterías y por fin fui a parar al trabajo en el que desarrollaría mi trayectoria laboral: Pelayo, Mutua de Seguros».
¿Cómo fueron sus comienzos en Pelayo Mutua de Seguros?
Comencé a trabajar a los veintitrés años en la asistencia en viaje. El horario no era muy bueno; me tocó el turno de tarde. Es decir que entraba a las cuatro y media de la tarde y salía a las doce de la noche. Pero era joven y podía con todo. Lo recuerdo como un tiempo fantástico, tiempo de aprendizaje, de hacer grandes amigos y de grandes emociones. Por aquel entonces, Pelayo Asistencia era algo pequeñito, lleno de gente joven, con mucho talento y ganas de trabajar y poco a poco con los años ha ido creciendo muchísimo.
Comencé enviando grúas de zona, pero al poco tiempo me pusieron a gestionar grúas de largos recorridos, casos en el extranjero, de lesionados, y así poco a poco fue como se fue creando un departamento dedicado a estas gestiones, y es ahí donde he pasado la mayor parte de mi vida laboral dentro la compañía. Me encantaba ese trabajo, ayudar a personas en otros países donde el hilo de conexión con el suyo era yo, hablar con los familiares de personas hospitalizadas por accidentes de tráfico, solucionarles los problemas… Si había algo que Pelayo pedía era calidad, ante todo. Que salieran los números también, por supuesto. Pero primaba el trato al cliente y el buen hacer del trabajador.
«Comencé enviando grúas de zona, pero al poco tiempo me pusieron a gestionar grúas de largos recorridos, casos en el extranjero, de lesionados, y así poco a poco fue como se fue creando un departamento dedicado a estas gestiones, y es ahí donde he pasado la mayor parte de mi vida laboral dentro la compañía».
¿Y cómo ha continuado su evolución dentro de la compañía?
Tras años dedicada a esto, con cambios de horario a la mañana y a pesar de que me encantaba, empecé a necesitar aprender cosas nuevas, lanzar mi proyección en la empresa y conocer otros aspectos de la compañía. Estuve alrededor de seis meses en un departamento que daba soporte a los agentes de seguros, y allí aprendí muchas cosas más sobre autos, hogar, riesgos… Tras cumplir el tiempo por una baja de otra compañera volví a la asistencia en viaje y posteriormente realicé mi trabajo en un departamento de retención de clientes, hablando con ellos, intentando solucionar los problemas que han llevado a los clientes a darse de baja, o poner alguna queja. Allí he teñido unos compañeros formidables, y unos jefes muy cercanos. He aprendido también un montón con ellos. Actualmente pertenezco al equipo de cartera, donde se da asesoramiento al mutualista. Y así ha pasado una trayectoria de veinte años, como quien no quiere la cosa.
«Actualmente pertenezco al equipo de cartera, donde se da asesoramiento al mutualista. Y así ha pasado una trayectoria de veinte años, como quien no quiere la cosa».
Fuera del panorama laboral, ¿cómo transcurre su vida?
En cuanto al resto de mi vida, vivo en pareja desde hace años, con mi chico y una perrita. No tengo hijos, pues he tenido problemas de salud y bastante tengo con cuidar de mí misma.
En este punto quisiera destacar el apoyo que me ha prestado Pelayo, ya que hace tiempo que me diagnosticaron Lupus, una enfermedad inmunológica, y jamas me han puesto ni una pega. Todo lo contrario. Me han prestado todo el apoyo y ayuda necesarios incluso en varias bajas de larga duración. Es que creo que eso no lo hacen todas las empresas.
Además, llevo cuatro años dando clases de piano, y haciendo cursos literarios.
¿Puede contarnos el por qué del lanzamiento de su reciente libro?
He escrito un pequeño libro de relatos cortos, prosa y reflexiones, llamado “Las Historias de Marta”, de venta en Amazon. Son dos cosas que siempre quise hacer desde niña. Cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, decía que pianista y escritora; y aquí estoy ahora, a mis cuarenta y tres años, intentando cumplir ambos sueños. El nombre de mi libro lo saqué de mis propias redes sociales, que llevan el mismo nombre y donde comparto los relatos que escribo en mi blog: yaestamartaconsushistorias.com.
«Cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, decía que pianista y escritora; y aquí estoy ahora, a mis cuarenta y tres años, intentando cumplir ambos sueños».