Por Mar Veiga, miembro de NEWCORRED
Los inicios, en cualquier orden de la vida, nunca han sido fáciles. A las personas, en general, nos resulta tan difícil el primer día de escuela como los inicios en la Universidad, aunque entre ambos eventos pasen un montón de años y de experiencias.
Hace mucho aterricé en el mundo del seguro. Como la mayoría de los que conozco, por casualidad. Y después de llegar a convertirme en una prometedora agente exclusiva de una aseguradora especializada en productos de salud, lo dejé.
Como decía John Lennon, la vida es aquello que te sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes, así que, a mis cincuenta y tantos, después de algunos avatares personales, una pandemia mundial, y muchas casualidades que hoy celebro, decidí que quería volver al mundo del seguro que un día había abandonado, esta vez convertida en corredora. Nada más… y nada menos.
«Las mujeres ocupamos algo más del 50% de los empleos directos del sector asegurador, que, como sabemos, es uno de los más potentes de nuestra economía y uno de los que más riqueza crea en nuestro país».
Dentro del sector hay innovación, compromiso social, emprendimiento, nuevas formas de trabajo con cambios tecnológicos y estratégicos, agilidad organizativa, y ofrece estabilidad desde bien joven con oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional.
Sin embargo, desde fuera, no se sabe muy bien por qué, se contempla como un trabajo comercial, sin dinamismo, anquilosado en antiguas estructuras y nada interesante para proyectar una carrera profesional.
Es curioso. Mientras la percepción externa, sobre todo entre los más jóvenes, no es demasiado positiva, los niveles de satisfacción de las personas que trabajamos, o hemos trabajado en el sector, son muy altos.
Yo fui muy feliz adentrándome en el mundo asegurador. De hecho, más que en cualquier otra experiencia profesional que haya tenido. Y por ello he vuelto. Eso sí, desde los inicios… Sólo me queda la experiencia. Y las ganas de aprender, que esas sí que no las he perdido.
Para “volver” tenía claro que debía hacerlo bien. Esta vez no quería cometer errores. Así que me informé, pedí todo tipo de datos, estuve indagando, y tuve la suerte de toparme con unos magníficos formadores en la UNED y en una magnífica empresa que muchos de vosotros conocéis bien, y que acude en tu auxilio al clicar el link quierosercorredordeseguros.es.
Como empiezo diciendo al principio, no es fácil. Nunca hay nada fácil en esta vida. Pero dejarte guiar y seguir los consejos de personas como Jorge Campos, Álvaro Garzón, Azucena Covarrubias… que no sólo te dan las indicaciones para emprender el camino elegido, sino que te infunden la confianza necesaria para sentir que ese camino es el correcto, sí lo hace más fácil.
Hace pocos meses obtuve la autorización de la DGSFP para el ejercicio de la actividad, y me hice miembro de NEWCORRED, Asociación dedicada a los corredores y corredurías que empiezan su actividad profesional. Gracias a ellos he podido rápidamente formalizar acuerdos con las entidades aseguradoras y poco a poco empiezo a rodarme como corredora de seguros. Sé que me queda un largo trecho, pero quiero ir haciendo el asentamiento de forma sólida y poder disfrutar así de una profesión que me apasiona. Quién dijo fácil…