Por Maite Crespo, Fundadora de Todoyoga. Del estrés al rendimiento. Formadora y conferenciante
Advisor Fundación Mundial de la Felicidad
“¡Si hubiera tenido un momento para pensar!”
Muchas veces un lamento como éste es la diferencia entre arrepentirnos de haber enviado una información equivocada, de haber contestado de mala manera, de elegir la opción incorrecta, o en cambio, estar satisfechos con el resultado de nuestra acción.
La mayoría de nuestros trabajos son intelectuales, pero el estrés es bloqueo mental, impide pensar, se cometen errores previsibles.
El estrés es la causa de montañas de equivocaciones que podían haber sido buenas decisiones si dispusiéramos de un instante para concentrarnos.
En este artículo te enseñamos a “fabricar una pausa de serenidad”, a crear ese momento de reflexión, siempre que lo necesites.
El estrés
Necesitamos saber exactamente qué es estrés para poder dominarlo. Estrés no es una enfermedad mental, no es ser débil, no es no poder con nuestra vida.
La definición de estrés que nos alivia y mucho, es que el estrés es una respuesta física para preparar la huida o la lucha ante una amenaza para nuestra vida o nuestra personalidad.
Es una respuesta programada, atávica, automática e inconsciente liderada por el cortisol, la “hormona del estrés”, y potente neurotransmisor
Decidir y felicidad
Un cerebro estresado no sirve como soporte de una mente sana y eficiente. No podemos sentir felicidad si estamos en perpetua alerta o asustados.
La consecución de logros, la satisfacción por las cosas bien hechas, están íntimamente relacionadas con las decisiones que uno toma.
Las buenas decisiones están en relación directa con la claridad mental. Por lo tanto, elegir lo que uno hace con calma, es un factor de felicidad.
La ansiedad es lo normal. La calma se aprende.
Lo increíble y maravilloso es que todos, hasta los más escépticos, tenemos una habilidad común que es nuestra capacidad de mantener la calma.
Con el cuerpo, la respiración y la mente.
En cualquier momento y en cualquier lugar.
Es simplemente detenerse un instante a pensar en la mejor decisión y después actuar.
Sólo necesitamos las tres herramientas con las que todos venimos “equipados de serie»: cuerpo, respiración y mente.
No es casualidad que sean las herramientas de yoga.
Mi pequeña aportación para ser un poquito más felices y sentirnos orgullosos y responsables de nuestras decisiones, es que si queremos, podemos “fabricar una pausa de serenidad».
«Lo increíble y maravilloso es que todos, hasta los más escépticos, tenemos una habilidad común que es nuestra capacidad de mantener la calma».
Fabricar una Pausa de Serenidad
Son tres órdenes sencillas para desactivar la respuesta de estrés:
1.- Coloca los “Hombros Lejos de las Orejas”
(Elevar los hombros es el primer síntoma del estrés. Lo hacemos para proteger el cuello).
Este simple gesto, hombros lejos de las orejas, desactiva la respuesta de estrés, cambia la postura y la actitud. Es el cuerpo quien manda. Con los hombros tensos no podemos ni respirar, ni pensar.
2.- “Inhalamos ampliamente, exhalamos lentamente”
Respiramos por la nariz y muy despacio, exhalamos el aire por la boca como soplando una vela.
(La respiración agitada es otro síntoma de estrés.)
Igual que un suspiro nos tranquiliza instantáneamente, con la respiración neutralizamos este síntoma inmediatamente.
3.- “Evoca un momento feliz” vivido por ti en el pasado y revívelo.
Recuerda un momento vivido por ti en el pasado cuando te sentiste genial y revívelo.
(La mente bloqueada es el síntoma de estrés más incapacitante).
Engañamos al cerebro reviviendo en el presente un momento maravilloso
disfrutado en el pasado.
Además entrar en la memoria desactiva el modo inconsciente de la respuesta de estrés.
Y un cerebro feliz nos recompensa con la “química feliz” asociada a ese recuerdo placentero en forma de oxitocina, la “hormona de la felicidad” que es también un neurotransmisor y justo el antagonista del cortisol.
¿Para qué estoy aquí?
Esta pregunta tan potente que nos dirige a la acción inmediata, sólo nos la podemos hacer en calma física y mental.
Prueba a preguntarte cuál es tu prioridad después de hacer una pausa de serenidad.
Así desde la calma, nuestras decisiones estarán alineadas con lo que queremos hacer de verdad, y podremos sentirnos responsables y satisfechos con los resultados. Seremos más felices.
«Un cerebro feliz nos recompensa con la “química feliz” asociada a ese recuerdo placentero en forma de oxitocina, la “hormona de la felicidad” que es también un neurotransmisor y justo el antagonista del cortisol».
Éste es un resumen de la ponencia “Serenidad para la acción” en el World Happines Fest 23. Maite Crespo también es advisor de la World Happiness Foundation.
Esta formación, “Fabricar una Pausa de Serenidad”, fue elegida como recurso útil para la gestión de estrés por la Agencia Europea para la Salud y la Seguridad en el Trabajo en el año 2009-2011.