Por Fernanda Bendicho, Directora Corporativa de Tecnología de Solunion
La tecnología se ha convertido en un aliado imprescindible para las empresas que aspiran a continuar ofreciendo sus productos y servicios de un modo competitivo y eficiente. Por ello, para Solunion representa uno de nuestros focos estratégicos y está presente, de modo transversal, en nuestros procesos y modelo de servicio.
En este momento, tenemos acceso a nuevas tecnologías que vienen irrumpiendo con fuerza. Diría que, incluso, amenazando la estabilidad empresarial, dentro de un mercado muy sólido pero competitivo cómo es el sector asegurador, a lo que debemos sumar un entorno socioeconómico vulnerable e incluso impredecible.
Con la vista puesta en el ámbito tecnológico todo son buenas noticias y nuevas oportunidades. Personalmente, no dejo de asombrarme por cómo ha mejorado el modo de trabajo, el acceso globalizado al uso de servicios tecnológicos y las prestaciones que ofrecen en la actualidad.
«La tecnología se ha convertido en un aliado imprescindible para las empresas que aspiran a continuar ofreciendo sus productos y servicios de un modo competitivo y eficiente».
En este sentido, contamos con distintas opciones, tanto de grandes corporaciones tecnológicas, antes accesibles a muy pocos, cómo a través de un ecosistema de pequeñas y medianas empresas innovadoras, que ofrecen soluciones que requiere nuestro negocio de un modo innovador y sin complejos.
Por tanto, en este contexto tecnológico estamos de enhorabuena. Sin embargo, cuando hablamos de evolucionar o trasformar, en nuestro caso empresas del sector asegurador, ¿cuál es realmente nuestra ambición?
Queremos ser más eficientes en nuestros procesos internos, dar una respuesta ágil a lo que demanda el mercado y empoderar a nuestros clientes ofreciéndoles productos y servicios personalizados. Y, todo ello, en aras de incrementar la rentabilidad y continuar con nuestro crecimiento.
«Cuando hablamos de evolucionar o trasformar, en nuestro caso empresas del sector asegurador, ¿cuál es realmente nuestra ambición?».
En este escenario de alta competitividad empresarial y de máxima exigencia regulatoria, debemos reflexionar sobre cómo son nuestras empresas y dónde tenemos realmente las barreras que nos dificultan alcanzar nuestros objetivos.
¿Somos capaces de evolucionar nuestras organizaciones al mismo ritmo que la tecnología?, ¿qué nos impide avanzar más rápido, los sistemas tecnológicos antiguos “legacy” o la agilidad corporativa?
La capacidad de adaptación al cambio y dinamismo que tengan las empresas serán clave para que las compañías aprovechen la gran oportunidad que les ofrece la tecnología.
