Redacción ‘MS’- Estar hospitalizado en plenas vacaciones de verano puede ser uno de los peores escenarios que una persona se puede plantear al inicio de su descanso estival. Pero este escenario puede ser incluso peor, en plena ola de calor. Así lo detalla IMQ a través de un reciente comunicado.
Sin embargo, los problemas de salud aparecen muchas veces de la forma más imprevista. Conscientes de estas circunstancias y con el fin de proporcionar una estancia lo más cómoda y agradable posible, la Clínica IMQ Zorrotzaurre de Bilbao dispone de tres habitaciones, que forman parte de una prueba piloto, donde sus pacientes pueden encontrar su confort particular de una forma totalmente novedosa e innovadora.
Así, las y los pacientes hospitalizados en las ‘habitaciones inteligentes’ de este hospital —el centro sanitario privado más grande de Euskadi— pueden interactuar a través de la voz con los diversos sensores implantados en las mismas sin necesidad de moverse de la cama. El paciente es capaz, por ejemplo, de saber la temperatura de su habitación y de la calle con sólo preguntarlo. O encender y apagar las luces sin tocar un interruptor. E, igualmente, escuchar sus canciones favoritas con solo pedirlas.
Las habitaciones inteligentes de la Clínica IMQ Zorrotzaurre cuentan con comandos que, solo diciendo “buenas noches”, apagan las luces y la música. Se trata así de incrementar la satisfacción del paciente, su autonomía y contribuir a una estancia más agradable que facilita una pronta recuperación, resultando especialmente útil para pacientes que se encuentran solos o con movilidad reducida.
Aunque todas las habitaciones de este centro hospitalario son exteriores y cuentan con aire acondicionado, en las habitaciones inteligentes, se ha apostado, además, por la neuroarquitectura, incidiendo en los colores, la luminosidad…, acercando la naturaleza al paciente, impactando también así en su bienestar físico y emocional mediante paneles y vinilos.
Confort y, especialmente, seguridad del paciente
El proyecto se ha gestado y desplegado gracias a la colaboración conjunta entre el consorcio de empresas tecnológicas que han formado Tecnalia y Donomotics y la propia Clínica IMQ Zorrotzaurre, lo que ha permitido acercar los avances de la domótica al hospital, consiguiendo desarrollar un proyecto pionero y único en todo el Estado. Y a pesar de que tiene unas evidentes ventajas en cuanto al confort durante la hospitalización, su razón de ser es aumentar la seguridad clínica de las personas ingresadas.
Así, el despliegue de sensores en estas habitaciones posibilita la integración de sus funcionalidades con una aplicación informática (app) de Enfermería, que avisa a las y los profesionales cuando un paciente se ha caído (en la habitación o en el baño), si se ha dejado algún grifo abierto y cae agua al suelo (riesgo de inundación), si una ventana está abierta, si el paciente se encuentra solo o acompañado, y si está en la cama o en el baño. Incluso, en función del tiempo que permanece sin movimiento, se han generado escalas temporales para prevenir úlceras por presión o saber si el paciente sale de la habitación. La tecnología, al servicio del cuidado del paciente.
Otra característica que integra las habitaciones inteligentes del centro hospitalario vasco es la digitalización personalizada. Gracias a la app que manejan el paciente o sus familiares, es también posible conocer en tiempo real, el nombre de todos los profesionales sanitarios que le están atendiendo, sean médicos, enfermeros, auxiliares de enfermería o fisioterapeutas.
Además, la aplicación permite que se conozca en todo momento la medicación prescrita, los menús o dietas y otras cuestiones de interés, redundando con ello no solo en una mayor implicación del paciente y su familia en todo el proceso asistencial, sino también en la mejora de la información, la comunicación y la seguridad clínica.
«Este proyecto representa «un gran avance en la humanización de las habitaciones hospitalarias, impactando muy positivamente, sobre todo, en el paciente mayor que esté solo o en personas con problemas de movilidad».
Estibalitz Cabezón, directora de Enfermería de la Clínica IMQ Zorrotzaurre.
Según concluye, las nuevas tecnologías permiten al paciente interactuar con la habitación inteligente «de manera autónoma, adecuando a sus necesidades los cambios de luz, temperatura y otros, o propiciando un entretenimiento adaptado a sus intereses (música, noticias, arte, tertulias) con un impacto positivo en la reducción de la ansiedad que, a menudo, produce un ingreso hospitalario. No hace falta aprender a manejar ningún aparato electrónico; con dar las instrucciones verbales, es suficiente».