Por Mamen Sáez, Cofundadora y Directora de Correduidea
Imagina por un momento a María, una mujer trabajadora con una sólida trayectoria y experiencia en la administración y gestión de una pequeña empresa. Durante años, su eficiencia y compromiso fueron el pilar de la organización. Sin embargo, un día, todo cambió. La empresa decidió acogerse a la reforma laboral y optar por el despido de personal, entre ellos María. La noticia llegó como un golpe inesperado: su buen trabajo y entrega era relevada.
María, en ese momento, se encuentra en una encrucijada. Con cierta edad y madre de familia, se enfrenta a la dura realidad del mercado laboral moderno: la preferencia en contratación de perfiles más jóvenes y con salarios más bajos. Con el corazón en un puño y la incertidumbre apagando su futuro, María decide no rendirse. Opta por reinventarse, adquirir nuevos conocimientos, aprender nuevas habilidades e intenta subirse al carro de la tecnología desde la creatividad. Esta apuesta personal, la lleva a cambiar de sector y convertirse en una emprendedora, demostrando que la adaptación y el aprendizaje continuo son esenciales en la era digital.
La realidad del sector asegurador
La historia de María, no es más que un reflejo de lo que muchas mujeres se están empezando a encontrar. En un sector donde tres de cada cuatro profesionales, con roles administrativos son mujeres, la irrupción de la IA ha generado una preocupación totalmente comprensible. Los nuevos procesos de automatización, gestión de datos o la atención al cliente, amenazan con desplazar a muchas de las trabajadoras que no logren adaptarse a estas nuevas tecnologías.
Al principio, la inteligencia artificial se presentaba como una aliada, como una herramienta que ayuda a optimizar el tiempo, organizar tareas o disminuir la carga administrativa. Sin embargo, el desconocimiento para manejar esta tecnología, puede llevar a una pérdida significativa de empleos. Los empresarios, siempre en busca de reducir costes y aumentar la eficiencia, pueden optar por el automatismo en lugar de la retención de personal inexperto en nuevas tecnologías.
«Los nuevos procesos de automatización, gestión de datos o la atención al cliente, amenazan con desplazar a muchas de las trabajadoras que no logren adaptarse a estas nuevas tecnologías».
Implementación de la IA vs mujeres del sector
Actualmente, existe una gran diferencia entre las habilidades tecnológicas de hombres y mujeres. La falta de acceso a la formación en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) puede dejar a las mujeres en desventaja, en un mercado laboral cada vez más competitivo.
Los sesgos presentes en la Inteligencia Artificial, si no se desarrollan y entrenan adecuadamente, pueden perpetuar e incluso amplificar los sesgos de género existentes. Esto acabará teniendo un impacto negativo en las mujeres, durante los procesos de selección y evaluación de desempeño.
«Los sesgos presentes en la Inteligencia Artificial, si no se desarrollan y entrenan adecuadamente, pueden perpetuar e incluso amplificar los sesgos de género existentes».
La brecha de género y el contrato social
La situación se complica aún más, cuando se tiene en cuenta la brecha de género. Las mujeres en el sector asegurador, se enfrentan a la amenaza de la automatización, la disparidad salarial o la falta de oportunidades de promoción. Si no se abordan estas circunstancias, la citada brecha aspira a ampliarse, creando un entorno laboral aún más desigual.
Proyecto CustodIA: Un faro de esperanza
En este contexto, durante todos estos años, María ha compartido su experiencia a través de otros proyectos, ayudando a mujeres en su desarrollo personal y profesional. Hoy día, sigue en su labor social y, conocedora de esta situación, crea una iniciativa innovadora y transformadora: el Proyecto CustodIA de Correduidea. Esta iniciativa dedicada a apoyar y ayudar a las mujeres del sector seguros, que ocupan roles “secundarios” principalmente administrativos y se enfrentan a la amenaza de la IA. CustodIA trabaja, para asegurar un futuro más inclusivo y equitativo, a través de un enfoque integral basado en tres pilares fundamentales:
- Concienciación y Defensa: Organizando foros y acciones como ConsultorIA, MentorIA y TutorIA, se discute la problemática actual y se trabaja para sensibilizar tanto al público como a las empresas sobre los desafíos que enfrentan estas trabajadoras. Estos espacios permiten compartir experiencias, soluciones y crear una red de apoyo sólida.
- Formación y Capacitación: Impartiendo cursos y talleres sobre IA y habilidades digitales, formando a las empleadas, para que puedan adaptarse y prosperar en un entorno laboral en constante cambio.
- Apoyo y Mentoring: Facilitando el acceso a mentores y expertos, que aportan asesoramiento y apoyo personalizado. Este acompañamiento es esencial para que puedan mejorar sus aptitudes y avanzar en sus carreras profesionales, dotándolas de la confianza y las habilidades necesarias, para abordar los retos de la IA.
Un futuro más inclusivo y seguro
El Proyecto CustodIA conformado por un grupo heterogéneo de profesionales va más allá de ser una simple iniciativa; es un movimiento transformador en el sector asegurador. Inspirándose en el significado de la palabra «custodia», se enfoca en proteger, cuidar y fortalecer a las mujeres, permitiéndoles enfrentar nuevas situaciones con confianza y seguridad. De esta forma, ofrece un apoyo esencial a las mujeres, además de fomentar una cultura empresarial más inclusiva y equilibrada, beneficiando a toda la sociedad.
«El Proyecto CustodIA conformado por un grupo heterogéneo de profesionales va más allá de ser una simple iniciativa; es un movimiento transformador en el sector asegurador».
Como ya he comentado, la llegada de la inteligencia artificial al sector asegurador trae consigo retos y grandes oportunidades. Para cada mujer profesional, es de vital importancia mantenerse actualizada, reentrenarse y adquirir diferentes habilidades para seguir siendo relevante en el mercado laboral. Iniciativas como CustodIA, están aquí para ofrecer el apoyo y las herramientas necesarias para nuestro crecimiento profesional y personal. Todo esto, es sin duda una llamada a la acción para todas nosotras y también para los empresarios: adaptarnos es la clave para un futuro más esperanzador y equitativo.